Consciencia (Cap. III)


Leer antes: Capítulo I y Capítulo II


   Caminó tras ella hasta la cocina. Las paredes de aquel largo pasillo estaban empapeladas en tono marrón oscuro y ornamentado con cenefas de estilo antiguo en tonos beige, que le aportaba un aspecto lúgubre. De la cocina salía un aroma cálido de té recién hecho. Sirvió dos tazas que depositó sobre una bandeja, y le invitó a pasar al salón. La decoración de la casa era una mezcla de muebles coloniales que contrastaban con otros de líneas más modernas.

   ―Me gustaría saber por qué me has invitado a pasar, no nos…
  ―Shhhhh, no lo estropees con preguntas que no tienen respuesta ―le interrumpió ella, mientras se servía dos cucharadas de azúcar y le pasaba el azucarero a su invitado.
   ―Tienes una casa muy acogedora.
   ―Gracias, aunque a mí no termina de gustarme del todo, no encaja con mi personalidad. Conservo algunos muebles, que han pertenecido a mi familia, por nostalgia, pero soy más partidaria del mobiliario funcional.

   El timbre de la puerta sonó, ella cogió un bol de caramelos que había dejado sobre la mesa y
salió del salón con dirección  a la puerta de entrada. Cuando regresó y volvió a tomar su asiento, un silencio incómodo se apoderó de la estancia. A Pablo no le resultaba cómodo entablar conversación con una desconocida, y menos aún tratar el tema que le había llevado hasta ella. Las circunstancias se habían precipitado y tenía la mente en blanco, como si estuviese ante un examen.

   ―No nos hemos presentado, mi nombre es Pablo.
   ―El mío Carla. Encantada de conocerte.
   ―¿Sueles ir a la iglesia?_ preguntó Pablo, casi sin pensarlo.
   ―¿Qué clase de pregunta es esa? Eres un poco raro ¿sabes?
  ―Me recuerdas a alguien que encontré hace unos cuantos meses en una iglesia donde trabajaba.
   ―¿No serás sacerdote?
   ―No, soy fotógrafo.
   ―¡Qué interesante entonces tu pregunta! ¿Y puedo saber qué tipo de relación tienes con ese alguien a quien te recuerdo?
   ―Es una mujer que se interpuso en mi objetivo, cuando fotografiaba a unos niños que hacían la primera comunión.
   ―Ya lo entiendo, por eso preguntaste si suelo ir a la iglesia… ¿Tanto me parezco?
   ―Sois iguales, pero ella lleva otro estilo de ropa y peinado, más clásico… como de muy beata… quizá es mayor que tú o lo parece por su aspecto.
   ―Pues te aclaro ya que no soy la persona que buscas. Hace tiempo que dejé de creer en los asuntos de la religión.

Siguieron la conversación de una forma más distendida a como la habían comenzado. Fueron hilando un tema tras otro, hasta conseguir entablar una tertulia que más bien parecía de dos viejos amigos, que de dos completos desconocidos. Habían conectado de una forma muy natural, que quizá contrastaba con el modo en el que se habían conocido.

   ―Bueno, no quiero abusar más de tu hospitalidad. Muchas gracias por el té y la conversación; y encantado de haberte conocido, Carla.
   ―No hay de qué, y ha sido un placer conocerte. Cuando tengas noticias de la mujer misteriosa no dudes en pasarte a contármelo. Al fin y al cabo, ella ha sido la responsable de este agradable rato de charla.

   Caminaba tras ella mientras hablaban, deshaciendo los pasos que una hora antes había dado hasta el salón, y prestando especial atención a las particularidades de aquella casa que no dejaba de parecerle extraordinaria por su mezcla de estilos. Paró en seco a la altura de un cuadro que llamó su atención en el pasillo. Era una fotografía antigua realizada en tonos sepia, donde una señora de avanzada edad y otra más joven, posaban frente a la cámara entornando los ojos para evitar la molesta luz del sol. La señora mayor usaba la mano a modo de visera, y la mujer joven, sin lugar a dudas, era aquella a la que había fotografiado en la iglesia.

Continuará...

Comentarios

  1. Ay Sara! Me encanta! Me tienes enganchadísima... ufff esto de que me cuentes la historia de Pablo por capítulos me tiene frita jajaja
    Esta muy pero que muy intrigante...

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  2. Es que este relato corresponde a "La ciudad escondida" Como acabas de entrar en ella, no has podido verlo aún. Según voy avanzando, voy creando los capítulos con las premisas propuestas en cada color... ya me queda nada y menos para el distrito verde, nos vemos allí ;)

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