El peso de una carta
Cap. anterior: Aquello que olvidé en Kenia Llegamos al aeropuerto de Nairobi a primera hora de la mañana. Habíamos acudido por la muerte repentina del señor Sherman. Un infarto que avisó con un amago semanas antes, se lo había llevado mientras veía la televisión en el salón a altas horas de la madrugada. La señora Sherman se encontraba dormida en la habitación y al levantarse por la mañana lo halló tendido en el suelo. Cuando nos llamó desconsolada para darnos la noticia, tanto Chris como yo estuvimos de acuerdo en que no podíamos faltar. Los Sherman fueron un gran apoyo para nosotros cuando mis padres sufrieron aquel accidente, y ahora la señora Sherman necesitaba el apoyo de todo el que pudiese acudir a su lado. Encontramos a la señora Sherman bastante demacrada. Habían pasado dos años desde la última vez que nos vimos y sin embargo parecía que por el rostro de aquella señora menuda con pelo blanco, hubiese pasado una dé...