En otra dimensión


      “¡Pasen y vean!”, le escucha vociferar, acompañado por el sonido de una trompa y mostrando a los visitantes la puerta de entrada al tenderete donde se encuentra ella, asustada en un rincón, intentando soltarse de las cadenas. Sin comprender por qué aquellos animales le lanzan cacahuetes.

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