Crónica de un calcetín


    Una vez perdí un calcetín. Muchas veces he perdido calcetines, pero este par era diferente. No tenían nada de particular: eran cómodos, no dejaban marca, aunque tenían unos colores tan llamativos que eran difíciles de combinar. Por este motivo a penas los usaba. Un día, sin saber cómo, perdí uno de ellos. El otro, el desparejado, se quedó en el cajón esperando a que apareciese su compañero y, aunque no solía usarlos, cada vez que veía al solitario calcetín, me apetecía que estuviese su compañero para poder ponérmelos. Lo busqué por todas partes y en más de una ocasión vacié el cajón, lo ordené y emparejé todos de nuevo; comprobando finalmente que sí,  que seguía desparejado. Cansada de que, al abrirlo, el cajón me recordara la pérdida de su compañero y su inutilidad estando desparejado, decidí tirarlo.

      Otro día se me rompió la lavadora, con tan mala fortuna que tuve que jubilarla y comprar una nueva. Cuando el transportista hizo el cambio de lavadoras, observé que en el hueco que había dejado la antigua estaba mi calcetín perdido, junto con algunas otras cosas. En ese momento recordé que, tan solo unos días antes, me había deshecho del compañero. Así que volvía a estar en las mismas: aquel tampoco me servía ya de nada. Entre lo tiro o no lo tiro, para qué me sirve ahora éste si no tengo el otro… conecté la lavadora.

Más tarde, mientras tendía la colada, me lo encontré mezclado entre la ropa y lo tendí instintivamente. Dos veces.



Comentarios

  1. Pobre calcetín de colores sin compañero!!! Me ha gustado mucho el microrrelato :)

    Besotes^^

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  2. Bueno... pobre, pobre... al final lo encuentra ;)

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  3. Que mala suerte nos toca a veces ¿no? jajaja.

    Bonito relato.

    Abrazos.

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  4. Pobrecico...
    Por cierto, tengo unos iguales que los de la foto jajajaj
    Besotes!

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  5. ¿Lo dices en serio? ¿Y tienes paciencia para meter cada dedo en su lugar? qué sensación más rara debe de producir aislarlos...

    Entre tu pobrecico y el pobre de arriba, veo que no he sabido contar bien la historia jajajajaja no se ha entendido el final O.o

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  6. Creo que yo tampoco lo entendí...Una de dos... o la que pierde los calcetines está como un cencerro por tender dos calcetines ( uno de ellos imaginario , la fuerza de la costumbre supongo) o bien con el ennortamiento en vez de a la basura lo metió en la lavadora.uff... creo que voy a leerlo de nuevo...

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  7. Jajajaja la del cencerro no tiró nunca ninguno, los echó a lavar en ambos casos...

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  8. Anónimo10/3/11

    Jajaja el mas puro estilo Millás con tu toque genuino de despistada sin remedio!!!
    En lugar de a la basura el primero lo "tiraste" a la lavadora ¿no?

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  9. ¡vaya hombre! No me expliqué tan mal ;)

    ...Ya puedo soltar el cencerro jajajaja

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  10. Es divertido, Sara. Confuso pero divertido. Cuántas veces me ha pasado a mí eso de dar las cosas por perdidas y encontrarlas cuando ya no te hacen falta? He caído por aquí de casualidad y me quedaré a seguirte, si me lo permite, desde mi mirilla. ;)
    Saludos,

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  11. Por supuesto Emma, estás en tu casa ;)

    Un saludo.

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  12. A veces suelen pasar estas cosas. El microrrelato ha estado genial.
    Me ha recordado algo que me sucedió hace unos días.
    Cogí un libro que estaba encima de la mesilla de noche para ir al "santuario" del cuarto de baño a buscar un poco de paz. Cogí el libro, pero vi en el techo un mosquito e instintivamente fui hacia donde estaba la raqueta eléctrica frie mosquitos para aniquilarlo.
    Solté instintivamente el libro para coger la raqueta, matar el mosquito, y después de haber hecho de exterminador, fui a coger el libro de nuevo, y éste... había desaparecido.
    A pesar de que mi cuarto no es precisamente una extensión "extensa", busqué por todas partes y no lo encontré. Se había volatilizado.
    Creo que algún ser espiritual, me lo había "tapado".
    Al día siguiente, mientras iba a coger la raqueta para matar otro mosquito, me encontré el libro.
    En mi cuarto tengo agujeros negros más grandes que el de la capa de ozono.

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  13. Jajajaja Esos fueron los familiares y amigos del mosquito, que en señal de duelo te jodieron un poquito...

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  14. que mania tan tonta tienen los calcetines de esconderse! :p

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  15. Jajaja, a mí me da mucha rabia cuando un del par se queda rezagado en el cubo de la ropa sucia, mientras el otro está listo para usarse limpio.

    Un beso!

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