Mesa para dos


      La chica del kiosco le dio las vueltas del periódico. Aún no había llegado el número 16 de su colección de guerreros de época, le llamaría en cuanto llegase. Había hecho multitud de colecciones de aquel tipo: tanques Panzer, construye un tren de vapor, coches antiguos… Algunas las tenía completas, otras que habían sido descatalogadas se quedaron a medias. Aún así las conservaba porque, a veces, volvían a repetirlas para deshacerse del stock sobrante. El teléfono sonó nada más entrar por la puerta de su casa.
      ―Buenos días, llamaba para reservar una mesa para dos.
      ―No, se ha confundido, esto es una casa particular.
      ―¿No es el 1531265?
      ―No, ha cambiado el final, es el 1531256.
      ―Perdone.
      ―No se preocupe.
      Volvió a sonar el teléfono.
      ―Hola, soy la del kiosco, nada más irse llegó el coleccionable.
      ―Gracias, me pasaré esta tarde a recogerlo.
      ―No hay prisa, yo se lo guardo.
      ―Gracias, muy amable.
      ―De nada.
      Y nada más colgar, volvió a sonar de nuevo.
      ―Llamaba para reservar mesa para dos.
      ―¿No ha llamado usted antes?
      ―Sí, pero comunicaba.
      ―No, me refiero a antes, cuando le he dicho que esto es una casa particular.
      ―¿He vuelto a marcar mal?
      ―Sí, lo ha hecho.
      ―Perdone.
      ―No pasa nada.

      Por la tarde, como había acordado, se marchó a recoger su ejemplar de colección. A la vuelta, el piloto del contestador automático estaba encendido.
      ―Buenas tardes, llamaba para hacer una reserva para dos, mañana sábado a las nueve de la noche. A nombre de María Fernández. Gracias.
      Al escuchar el mensaje no pudo evitar una carcajada. Se imaginaba a la pobre chica y a su acompañante en la entrada del restaurante, discutiendo con el maître por una mesa que no había sido reservada. Decidió solucionarlo y llamó al número correcto cambiando el final.
      ―Buenas tardes, llamaba para reservar una mesa para dos.
      ―¿Una reserva? Se equivoca usted, esto no es un restaurante.
      ―¿Cómo dice? ¿No es el 1531265?
      ―Sí.
      ―¿Y no es un restaurante?
      ―No.
      ―¿Y entonces qué es?
      ―¿Qué es qué? ¿Con quién quiere hablar?
      ―Es que alguien ha hecho una reserva en mi número y creo que… es igual. Disculpe.
      Colgó el teléfono desconcertado ¿Dónde estaría aquel restaurante?  ¿Cómo podría localizar a la mujer de la reserva? Revisó las llamadas recibidas del teléfono pero, aparte de los teléfonos de la memoria de su agenda con nombre incluido, sólo aparecían llamadas con número oculto que eran, sin lugar a dudas, las de la mujer misteriosa.

      A la mañana siguiente volvió a recibir una llamada con número oculto.
      ―Buenos días, ayer dejé reservada una mesa en el contestador automático, quería confirmar si tomaron nota.
      ―Sí, tomé nota, el problema es que volvió a llamar a mi casa, volvió a confundir el teléfono.
      ―¿Está seguro?
      ―Pues claro, ¿no ve que ha vuelto a llamar de nuevo a mi casa?
      ―¿Entonces no tengo ninguna reserva hecha?
      ―En mi casa sí, pero en ese restaurante me temo que no. Es más, llamé a ese número para cambiar su reserva y también es un particular. ¿De dónde ha sacado ese restaurante? Estoy completamente intrigado.
      ―¿Por qué quiere saberlo, es que quiere venir? Le agradezco que haya intentado arreglar mi reserva.
      ―No. Bueno, iría aunque sólo fuera para salir de dudas.
      ―Pues acompáñeme si quiere.
      ―Pero no nos conocemos. ¿Y su acompañante qué dirá?
      ―Ah por eso no se preocupe. Tenga, le doy la dirección… Nos vemos a las nueve en la puerta.
      ―Pero no hay reserva.
      ―Ahora vuelvo a llamar y reservo.

      Se quedó sentado al lado del teléfono, sabía que en breve volvería a sonar y sería María Fernández pidiendo mesa. El teléfono no volvió a sonar a lo largo del día, y a medida que se acercaba la hora de la reserva, se arrepentía de haber aceptado. ¿Por qué había aceptado? ¿Y si era una loca que le estaba tomando el pelo? ¿Y si aquel restaurante ni existía? Decidió meterse en las páginas amarillas y buscarlo. Allí estaba, justo donde ella le había dicho, la dirección era correcta. Anotó el teléfono y llamó.
      ―Buenas tardes, llamaba para confirmar una reserva a nombre de María Fernández.
      ―Sí, la tenemos, para dos personas a las nueve ¿verdad?
      ―Sí, a las nueve. Gracias.


      La chica del kiosco se arregló para su cita. Por fin lo había conseguido. Se había quedado prendada de aquel tipo desde que hizo su primera colección. Nada más recibir los pedidos, reservaba el que consideraba más cuidado para él y cuando descatalogaban alguna colección, tiraba de contactos para conseguirle algún ejemplar más. El día que anotó su teléfono para avisarle si se retrasaba una entrega y descubrió que sus números eran prácticamente idénticos salvo la cifra final que estaba invertida, su mente se puso en marcha, aquello no podía ser otra cosa que una señal.


      Cuando la vio aparecer en el restaurante, todas las piezas comenzaron a encajarle. Llevaba horas preguntándose de dónde habría sacado aquella desconocida su teléfono que, desde luego, no tenía nada que ver con el original del restaurante. Se alegró de ver aquella cara conocida y le intrigaba más aún, conocer los detalles de aquella historia.

Comentarios

  1. No he podido evitar sonreir al final:
    "Por fin lo había conseguido. Se había quedado prendada de aquel tipo desde que hizo su primera colección."

    Las tonterías que hacemos por un tío...
    Me ha encantado =)

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaja ya te digo!! Esto da para abrir un hilo anecdótico jajaja pero a ver quién se atreve a soltar prenda. Yo no, desde luego!!

    Besotes!

    ResponderEliminar
  3. Anónimo14/6/11

    Y luego dicen que los cazadores son los hombres...jajajaja....y sin embargo caemos cazados con una facilidad pasmosa :-)
    Me has hecho sonreir :-) Gracias
    Bsos

    ResponderEliminar
  4. Imagino que habrá de todo cazadores/as y cazados/as... Sería un aburrimiento ser siempre lo mismo jajajjaja

    Gracias a ti por pasarte.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Anónimo16/6/11

    nosotros somos cazadores, vosotras depredadoras :p

    ResponderEliminar
  6. Jajajaja sí, pobres víctimas en peligro de extinción...

    ResponderEliminar
  7. Estoy con Markos, jejeje

    ResponderEliminar
  8. Siempre estás con Markos, Dinosaurio, voy a empezar a pensar que sois una especie de siameses :P

    ResponderEliminar
  9. La última vez que una mujer hizo algo parecido por mí, al día siguiente me desperté muerto, descuartizado y con la cabeza dentro de la nevera.

    ResponderEliminar
  10. Jajajajajaja, bueno tampoco sería para tanto si aún te quedan dedos para darle al teclado...

    ResponderEliminar
  11. Me gusta siempre el ingenio aplicado al escribir y lo bien que proteges el final de nuestras ansias por conocerlo, lo que tiene mérito en largos relatos evitando que nos perdamos en su lectura, manteniéndonos en todo momento pendiente del misterioso personaje.

    En mi caso si intentara el mismo plan y llamase para reservar una mesa fijo que llamo a una carpintería :)

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  12. Me alegra leer, Carlos, lo de las ansias por conocer el misterio del personaje, porque en este caso pensé que se veía venir desde el principio.

    La historia se me ocurrió, porque recordé que hace tiempo me llamó una señora mayor para reservar mesa en mi casa, había buscado (imagino que en las páginas blancas porque no creo que salga como particular en las amarillas)un restaurante que debe haber por aquí en Málaga: "La Venta de no sé qué" y mi apellido es Ventas... el caso es que la señora se tiró un buen rato hablando conmigo y yo no sabía cómo quitármela de encima, porque la verdad es que era muy simpática y educada... Sólo nos faltó quedar un día para comer en la venta esa...

    Besotes ;)

    ResponderEliminar
  13. Anónimo17/6/11

    diferencia entre un cazador y una depredadora:
    - El cazador se va con los colegas de cacería al coto más cercano, si caza una liebre con suerte, comenta la jugada con los colegas con unos botellines durante dias. Con los años, cuando lo cuenta, el coto se ha convertido en l Sabana Africana y la liebre en un Elefante.
    - La depredadora, jamas caza en grupo. Si le gusta la presa y esta hambrienta la acecha en secreto y se la quita hasta a su madre si hace falta. Como se la suele comer poco a poco, jamás comenta la jugada con las "amigas" no vaya a ser que le pidan tajada. Al final, se la zampa y no deja pruebas.

    ResponderEliminar
  14. Jajajajajaja me he perdido entre la parte que va de la liebre al elefante, jajajajaja quiero más detalles sobre ese asunto. ¿A qué te refieres exactamente? ¿La liebre se ha transformado en elefante? ¿O te refieres a la magnitud de la caza a lo fantasmilla?...

    En cuanto a las depredadoras… qué poco las conocéis… una buena depredadora claro que comparte con las amigas, pero cuando ya tiene otra presa en su punto de mira jajajjajajja

    ResponderEliminar
  15. Qué original, jamás se me habría ocurrido!!

    ResponderEliminar
  16. A ti se te ocurren cosas supergeniales, tocaya!!

    Besotes

    ResponderEliminar
  17. ¿Sabes? Mi abuelo tenía un restaurante en plaza Uncibay, "La Cancela" y una Venta junto al jardín botánico de la Concepción también llamada igual. Debe ser la noche, o la nostalgia, o ambas cosas, pero recuerdo esas noches una vez marchado la última mesa, sentarnos bajo los jazmines y girar su vara de canela como si las manecillas de un reloj se tratase.

    Has hecho que las manecillas del tiempo se detengan aquí esta noche :)

    Gracias

    Un abrazote!

    ResponderEliminar
  18. Los abuelos siempre nos evocan recuerdos preciosos de la niñez, instantes que en aquel momento parecen insignificantes y que el paso del tiempo los transforma en pequeños tesoros.

    Besotes!

    ResponderEliminar
  19. Anónimo20/6/11

    Las depredadoreas son "impredecibles", por eso son depredadoras. ¿conocerlas? imposble, no conozco a nadie que haya sobrevido para contarlo. En cualquier caso, a pesar de lo que digas, no me creo que compartan nada,,, jajaja bueno si, si por casualidad se enteran de una captura de una "rival" (a la que suelen llamar "amiga"), lo comparte "cascándoselo" a otra "rival", es decir a otra "amiga".

    ResponderEliminar
  20. Buenoooooooo te estás cubriendo de gloria tú jajajaja. Porque vas de incógnito si no ibas a empezar a ganarte unas cuantas enemigas...

    ResponderEliminar
  21. Anónimo20/6/11

    jajajajajajajajajaj alguna ya pidió en una ocasión que me ataras a un arbol, jajajaja.
    jajaajaj y no le busques ninguna connotación machista que no la tiene, jajaja empecé por ser crítico con los "cazadores", simples y fantasmiles, jajajaj las "depredadoras" son mucho mas..... "sofisticadas" (iba a decir retorcidas, jajajajaja).

    ResponderEliminar
  22. Ese árbol va a ser tu ruina como des la cara o el cuello jajaja alguna saca la soga... Y sí, machista te quedó al 100%

    ResponderEliminar
  23. Anónimo20/6/11

    jajja menuda cara que le echas, del tema del "cazador" (mismo tópico que el de la depredadora) bien que textualmente me pedías:

    "jajajajaja quiero más detalles sobre ese asunto".

    Pero del tema de la depredadora, lo niegas y lo despachas llamándome machista, jajajaja menudo morro.

    ResponderEliminar
  24. Jajajaja porque el tema de la depredadora te quedó lo suficientemente explícito, y de hecho has seguido ensañándote con el asunto, que sólo te falta abrir tu propio post y explayarte :P... al cazador le has dejado abandonadito.

    ResponderEliminar
  25. Hola, Sara, Una historia muy divertida, me has hecho reír, y teniendo en cuenta que es lunes, es mejor que mejor. Gracias por eso.
    Un beso
    Rampy

    ResponderEliminar
  26. Gracias Rampy, espero que hayas solucionado tu problemilla ese con la página, o que al menos te haya servido lo del ping.

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  27. Romántico, ingenioso, encantador... Me ha gustado mucho y tomo nota jajaja, aunque no creo que siempre salga bien :)

    ResponderEliminar
  28. Ya me contarás si lo pones en práctica, algo curioso pasará seguro jajajaja aunque solo sea para echar unas risas!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Relación entre la web de cita previa del DNI y una partida de Mario Bros

¿Por qué el cartero siempre llama a mi casa?

TREINTA POSTALES DE DISTANCIA