Entre la vigilia y el sueño
Algunas veces sólo somos sombras, perfiles de la oscuridad, o bosquejos de un cuadro inacabado buscando un refugio donde escondernos del universo por un instante, para encontrar nuestras reflexiones y pensamientos. Un singular momento en el que nada de lo que nos rodea existe para nosotros, como una especie de paréntesis de nuestra existencia. Algo parecido a un agujero espacio temporal, donde todo lo que hay alredor queda congelado y ajeno, y la única vida que se mueve es la de las sombras sin cuerpo. Nos proyectamos a una gravedad vacía donde perdemos el control del tiempo, la distancia y la energía. El silencio y la luz son los mejores aliados, nos permiten mantener el contacto con nuestro juicio y razonamiento. Cuando se rompe la barrera del agujero donde se encuentran nuestras coordenadas espacio temporales, la gravedad tira de nosotros y caemos al vacío sin remedio, el golpe es fuerte y doloroso incluso para una silueta sin cuerpo. El retorno al univers