Conexiones
Hacía cuarenta años desde la última vez que se vieron. En aquella época aún eran jóvenes y les quedaba mucho mundo por recorrer. No hicieron grandes cosas juntos, pero compartieron buenos momentos charlando al calor de un café, mostrándose sus sueños, ilusiones, lecturas, viajes por hacer... Fue una relación de amistad enriquecida por la gran conexión que existía entre ellos. Unas veces relajada y otras alerta, aquella conexión se fue afianzando y haciendo intocable, indestructible y revoltosa. Así pasó mucho tiempo, ellos no se daban cuenta, pensaban que aquello era y sería una amistad de por vida. Pero el azar, que a veces deja de ser fortuito y se torna caprichoso, comenzó a hacer una fisura en aquella conexión. No fue una fisura cualquiera, fue de esas que se van extendiendo e hizo que cada uno comenzase a distanciarse. ¿Las razones? Nunca fueron claras, quizá hubo alguna confusión, conexiones periféricas... En definitiva, cada uno cogió sus respectivas riendas y