Allanamiento... o lo que salga
―¿Por qué me das las llaves si te he pedido un pañuelo? ―Es que me he equivocado, estoy muy nerviosa. ―Tranquiiiiila, que no nos van a cazar. ―¡Abre la maldita puerta de una vez, oigo pasos! ―Si aparece alguien disimulamos y nos enrollamos. ―¡Lo llevas claro! ―No me mires así, en las pelis funciona. ―¿Es tu primera vez o ya eres un experto allanador? ―Es mi primera vez, y que conste que no me gusta nada esto que vamos a hacer. ―A mí tampoco, pero nos ha tocado. ―Al menos me alegro de que nos haya tocado juntos. ―Claro, de enrollarte conmigo para disimular a hacerlo con El brasas, habrá diferencia ¿no?… Al final voy a pensar que se ha hecho el enfermo. ―No seas mal pensada. ―Bueno, corta el rollo y abre. ―Pero dame un pañuelo o un trozo de tela, algo. ―¿Y de dónde quieres tú que saque un trozo de tela? ―Pues del bolso. ―No tengo nada de eso en el bolso. ―¿Se puede saber para qué llevas entonces un bolso, si no llevas lo esencial? ―¿Lo esencial? ¿Y qué puñetas es lo e