Palabras al viento
―Aunque tú no lo creas, el cartero no tuvo la culpa. ―¿Cómo puedes estar tan segura? Ha dicho que me envió una carta al mes de desaparecer. ―Porque fui yo quien te ocultó aquella carta. Te vi más animada y pensé que era lo mejor, pero ahora sé que me equivoqué. ―Le comunicó Blanca a su hermana, cuando volvían del cine―. No pensé que fuera a cambiar las cosas, tan solo ponía una frase, decía que ya podía ver. Pensé que eso significaba que lo estaba superando, y como vi que tú también, deduje que sólo te traería malos recuerdos. ―¿Quién te crees que eres para decidir por mí? Ni siquiera sabes lo que significa esa frase. María estaba sentada en la sala de lectura de Fnac, cuando Pedro apareció buscándola. Se quedó un rato observando sin ser visto. Ella ojeaba un libro de pinturas sin mucho interés, pues pasaba las páginas demasiado deprisa, sin darle tiempo a observarlas. Cerró el libro y se puso a enrollar un mechón de su pelo en el dedo índice, mientras