¿Esclavos del móvil?
Algunas veces, intento imaginarme cómo era la vida antes de la era digital, cuando no había teléfonos móviles, y los sistemas operativos de los ordenadores, eran tan obsoletos, que para utilizarlos había que ser poco menos que un “hacker”... Hoy día, cuando quedamos con alguien, nos obsesionamos con la reducción de los tiempos de espera, salimos de casa, llamada: ¡que ya salgo para allá! Nos surge un retraso, llamada: ¡que hay atasco, me retraso un poco! Se cancela el plan, llamada: ¡Oye que no voy a poder ir, lo siento si ibas de camino! Antiguamente, en la misma situación, salias con la hora pegada al culo, y “no problem”. Si pillabas un atasco, no pasaba nada ¡que espere!. Y si tenías que dar plantón por fuerza mayor... pues ya lo aclararías cuando llegases a casa y pudieses llamar... Eramos como pájaros libres, salíamos de casa y nadie sabía cuanto íbamos a tardar, era una incógnita que nadie se planteaba. Y el o la que quisiera echar una canita al air