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Suficiente

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     Una palabra es suficiente para sentirte tocando el cielo o hundido bajo él. Una mirada es suficiente para descubrir que la vida es perfecta o te ha dado la espalda esta vez. Una caricia es suficiente para encontrar el calor que buscabas o helarte la piel. Un segundo es suficiente para vivir el instante más intenso o para perder lo que siempre fue.

Los libros no están hechos de papel…

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… Los libros están hechos de constancia, de noches en duermevela dando forma a una idea, de sacrificio, de robarles horas a quienes conviven con el escritor, de ayuda, de cambios de humor repentinos, de comprensión, de satisfacción cuando encaja una trama, de dudas ante un bloqueo, de miedos, de esperanza, de ilusión, de la magia de sentir que los personajes cobran vida, de placer cuando conseguimos meternos en su piel, de creer que el lector los va a disfrutar casi tanto como el propio escritor al crearlos, de imaginación, de entusiasmo, de latidos del corazón, de pasión… pero sobre todo, los libros están hechos de sueños.

Sentidos y felicidad

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Mirar por la ventana y ver que el día que esperabas frío y gris, se ha tornado soleado. El olor a tierra mojada, a mar, a flores silvestres... a la piel cuando aún tiene gotas de agua después de un baño. Escuchar una canción y cerrar los ojos para viajar a ese momento que la hizo especial. Saborear algo y estar convencido de que, hasta ese momento, no habías probado nada igual. Sentir unos dedos recorriendo la espalda. Una mirada cómplice. El dulce olor de la cabeza del bebé cuando lo tienes en brazos. Sus primeras palabras. Cuando abre un regalo que le has entregado. Caminar sin zapatos por la playa. Disfrutar de una sonrisa que acabas de recibir. Un sabor que te devuelve a la infancia. Despertarse con el aroma del café recién hecho. Churros un domingo por la mañana. El sonido de la lluvia tras el cristal y acurrucarse bajo una manta. Un abrazo inesperado. El cielo bajo el silencio de una noche estrellada. Ese perfume que trae el recuerdo de alguien especial. E

Números infinitos

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Uno es el resultado de dos cuerpos que están fundidos Dos es la suma perfecta cada vez que estás conmigo Tres son los secretos que guardan tus ojos rendidos Cuatro son los brazos que se enredan para quedar unidos Cinco son los minutos que me adelanta tu reloj confundido Seis son las promesas que jamás hemos cumplido Siete son los deseos que como pecados se han escondido Ocho son los días que me gusta soñar contigo Nueve canciones guardan los recuerdos de un principio Diez palabras describiendo a diez números infinitos

El viejo desván

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Once metros pueden parecer miles,  y mil kilómetros pueden ser dos centímetros,  si la unidad de medida es de dos niños que juegan en un desván. Un segundo puede durar un día,  y diez años pueden ser un suspiro, si el reloj que lo vigila lleva el ritmo de aquel lugar. Mil cuentos pueden resumirse en una palabra,  y una mirada entre ellos contar toda una historia,  mientras sus cuerpos se alejan como las partes de un mismo imán. Una foto puede esconder mil instantes,  incluso la esencia de toda una vida,  eso decían aquellos álbumes en la estantería del desván. Un baúl puede contener un valioso tesoro,  y una vieja caja de disfraces guardar las almas  de aquellos niños alegres que jugaban a soñar. Un vaso de agua puede parecer un río,  y un mar ser la lágrima resbalando en la mejilla,  cuando se cierran las puertas de un abandonado desván. (Inspirado en la frase de Fantasmín "Once metros pueden parecer miles" para el cuentacuentos)

Cayendo

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Se perdió el fin del mundo, su mundo, decidió cerrar sus puertas y no mirar hacia atrás. Atrás quedaron sus sueños, metidos en las maletas, con las que no viajará más. Mas no quiso contemplar sus recue rdos, había perdido el rumbo, ya no sabía continuar. Continuar dormido o despierto, le producía un desasosiego difícil de soportar. Soportar la soledad siniestra, la pérdida no le dio tregua, le hizo confundir la realidad. La realidad le dio la espalda y naufragando en sus esperanzas decidió no darse una oportunidad. (Inspirado en la frase de Drusylla: "Se perdió el fin del mundo" para El cuentacuentos)