Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2017

Manías y costumbres a la hora de escribir

Imagen
     Me gusta conocer las rutinas que emplean otros escritores para trabajar, qué costumbres han adquirido o manías —si las tienen—, y curiosear. En mi caso, tiendo a no ser rutinaria ni disciplinada. No consigo funcionar así. Tal vez sí, cuando la novela está terminada y estoy puliendo el texto, sigo unas pautas de trabajo para obligarme; pero a la hora de crear mi cerebro no me deja cumplir ningún objetivo programado. Imposible proponerme llegar a tantas palabras o limitarme a un horario. Cuando estoy con una novela, la escribo todo el tiempo. Incluso mientras duermo. Mi intención es levantarme, sentarme a teclear a una hora determinada y expulsarlo todo, para después desconectar en mi tiempo libre. Pero a veces es imposible. Durante el proceso creativo, cuando la novela está en plena efervescencia, es como si viviera dos vidas en paralelo. A veces cojo el coche y, cuando llego a mi destino, me pregunto cómo cojones he podido llegar viva allí. Empiezo a creer que tengo un pi

¿Por qué escribir?

Imagen
   Hace seis años ya desde que me aventuré en esto de escribir una novela. Quizás os preguntéis cómo se plantea uno lo de convertirse en escritor. Lo cierto es que nunca lo hice. Mi intención jamás fue ser escritora. No es algo que llevara arrastrando desde mi más tierna infancia ni una aspiración. En mi caso fue todo accidental. Hasta podría garantizar —aunque a partir de ahora se me critique hasta la muerte— que mi vocación surgió de puro aburrimiento. Sí, lo sé, suena fatal. Vamos a adornarlo un poco y diré que la curiosidad y mi exceso de tiempo libre me empujaron a ello.    Decidí, al tener a mis hijos, no trabajar fuera de casa. Vivimos en una ciudad lejos de la familia y era bastante complicado conciliar la vida familiar con la laboral. Más aún que para las familias que viven en sus ciudades de origen. Al principio, como ya sabréis los que tenéis hijos, el tiempo que demanda un bebé es prácticamente en exclusividad suyo. Después, cuando entran en el colegio, la cos

Diario de una escritora indie

Imagen
    Os preguntaréis qué vengo a contar aquí. Pues es una buena pregunta… no lo sé ni yo. Pero siento que cuando termino una novela y la lanzo al mercado, me quedo como vacía, con ansia viva de volver a crear algo. Aunque no suelo forzarme a ello. Necesito que ese paso surja solo; que me llueva una idea de la nada, aunque solo sea una frase a la que dar forma o un personaje que me llama. Mientras tanto me dedico a leer y a deambular sin rumbo fijo, a dar patadas a una lata de refresco mirando al suelo —mentalmente— y preguntándome si esa habrá sido la última. Si ya no se me ocurrirá otra historia. Si tendré que dejar de escribir. Si será el fin de mis días… No, no llega a tanto la cosa. Pero, para no seguir dándole vueltas al asunto y no comerme el tarro, se me ha ocurrido aprovechar el tiempo con esta sección que he titulado: Diario de una escritora indie .    ¿Que qué voy  a contar en ella? Pues todo lo que se me ocurra, que se me haya pasado por la cabeza antes o durante e