Entradas

Coleccionista de besos

Imagen
      “No vas a conquistarme siendo tan insistente”, le dijo en la décima llamada de ese día. “Eso decís todas”, respondió él, risueño, cuando ella ya había colgado, colérica. Después cogió su mochila y se despidió con un beso en los labios amordazados de una, dos, tres… ( XII Edición de la Sortija en OZ )

Verdades disfrazadas

Imagen
       Fuiste el renglón equivocado del cuento que por las noches les contaba a mis hijas. Era su favorito, me hacían contárselo una y otra vez. Se sentían identificadas con aquella niña cuyo padre, inesperadamente, al final volvía. Ignoraban que él, quien regresó, no aparecía en el cuento. ( XII Edición de la Sortija en OZ )

Regalo inesperado

Imagen
      La camiseta, sudada, muestra una figura modelada con sacrificio matutino. La observan tomarse el batido, directamente de la licuadora, rezando por ver resbalarse un chorrito hasta su escote otra vez. Ajena a los prismáticos de los hijos de su vecina, se deshace de la ropa antes de dirigirse a la ducha. ( XII Edición de la Sortija en OZ )

Pasado, presente y…

Imagen
              Azules como el cielo cuando le miraba encandilada en aquella cafetería donde se conocieron. Húmedos y rojizos cuando se le fue de las manos la primera vez. Herméticos y huidizos cuando escucha la llave por la cerradura. Gélidos, impenetrables, en el infinito de una mirada sin vida.  ( XII Edición de la Sortija en OZ )

Se van haciendo mayores

Imagen
      Este año, mi hijo mayor (9 años) ha descubierto el asunto Papá Noel y Reyes Magos. De la manera más tonta, además… Se habían pedido para Papá Noel unas consolas Nintendo y, como eran iguales, no se me ocurrió otra cosa que, cuando las probé para asegurarme de que funcionaran correctamente, se las personalicé, y a cada uno le puse un saludo personal con su nombre en el inicio de pantalla y el entorno de la misma con los textos del color favorito de cada uno. Se pasaron todo el día de Navidad chismorreando con sus primos y por la noche, antes de dormir, nos confesaron que habían descubierto que es imposible que Papá Noel se ponga a escribir mensajes en las Nintendo con el nombre de todos los niños que se piden una, y que la prima había dicho, además, que los padres lo escriben porque son los que compran los regalos. Lo pensé fríamente, no sabía si continuar con la mentira porque además era sencillo refutar su argumento, bastaba decir: “igual que se molestan en envolver los rega

Reconciliación

Imagen
             Este año he decidido reconciliarme con la Navidad. Nunca ha sido para mí una fiesta esperada ni bien recibida, siempre me ha faltado algo que me conecte a ella, pero he de reconocer que desde que soy madre la vivo de forma algo distinta, tal vez contagiada por la ilusión de mis hijos; ellos consiguen que me vuelva un poco mamá Noela o reina maga y me distancie en cierta medida de esa aversión que no estoy muy segura de cuándo comenzó, donde siempre voy contando los días para que finalice como en una especie de calendario de “adviento” inverso, con inicio el 24 y liberándome el 6. Pero este año para mí es distinto. Este año (por motivos que no vienen al caso) no me apetece esa cuenta atrás, quiero disfrutar de todos y cada uno de los días de este diciembre y de este 2013 que se marchita. Por ello voy a intentarlo. Voy a detener mi calendario inverso. Voy a ralentizar mi tiempo. Voy a intentar reconciliarme con esta Navidad.

Suficiente

Imagen
     Una palabra es suficiente para sentirte tocando el cielo o hundido bajo él. Una mirada es suficiente para descubrir que la vida es perfecta o te ha dado la espalda esta vez. Una caricia es suficiente para encontrar el calor que buscabas o helarte la piel. Un segundo es suficiente para vivir el instante más intenso o para perder lo que siempre fue.

Echo de menos lo auténtico

Imagen
      Hacía mucho que no me ponía a escribir sin más. Me refiero a escribir sin construir una historia o relato, a expulsar un pensamiento que me ronda por la cabeza. Realmente aquí no he plasmado muchos, suelo dejarlos en el tintero. Hoy, dando una vuelta por las redes sociales, me ha surgido preguntarme en qué mundo de locos vivimos, refiriéndome al tipo de vida hacia el que nos hemos ido proyectando con la tecnología. No damos un paso sin publicarlo antes en nuestro Twiter, Facebook, Instagram, G+… como si nosotros mismos quisiéramos entregar nuestra vida para formar parte de un Reallity gratuito. ¿Y a dónde nos llevará esto? Es una de las preguntas que me hago.        Paseando por las redes sociales detecto mucho rencor, a veces dolor, quejas la mayoría, pero lo que más me gusta es encontrar felicidad. Hay gente que comparte muy poca felicidad, y no creo que sea porque no la vive ni la siente, sino porque gusta de esa fachada derrotista, de ese afán por el victimismo, tal ve