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Casualidad o Destino

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             Hoy, después de leer el relato de un compañero bloguero donde su protagonista se enfrentaba a un destino imposible de modificar, me ha venido esta cuestión a la mente: ¿casualidad o destino?       Siempre he sido, y soy, partidaria de la casualidad. No creo en el destino, a pesar de ser una palabra que me encanta, y de crear mil historias alrededor de ella. Me niego a pensar que voy como una máquina por un camino ya marcado; que haga lo que haga y elija lo que elija, voy posándome en el lugar donde estoy destinada a estar. Suena muy romántico para una historia de ficción en un libro o una película, jugar con los personajes y mover sus hilos para que todo transcurra de una manera fantástica y evocadora, ¿pero suena igual de bien aplicado al mundo real? ¿Y quién mueve esos hilos?        Sigo negándome a creer en ello. Me parece mucho más atractiva la casualidad. La magia de saber que donde estoy es el fruto de una combinación de circunstancias que se han dado al

Premios Liebster Blog Award

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      Hace un tiempo que mi blog y yo no nos llevamos bien. No es que no nos llevemos bien exactamente, tampoco es eso, lo que pasa es que le tengo un poco abandonado. A él le gusta alimentarse de relatos y ocurrencias varias, y en vez de sentarme a cocinarlas me paso el día enfrascada en otros asuntos que nada tienen que ver con él. Espero que se quede en una etapa pasajera.        Bueno, a lo que venía. Montse, desde su blog “Con el alma prendida a los libros” ¡sí se ha acordado de él! Y le ha regalado una mención. Gracias, Montse, seguro que está encantado de que te hayas acordado de él (no como otra ¬¬.)        “Liebster Blog Award” es un premio ideado para recompensar, estimular y promocionar aquellos sitios de internet, cuyo número de seguidores no excede de doscientos, pero que, por su esencia y contenido, merezcan ser dados a conocer a todos los rincones de la blogosfera. Tiene unas  sencillas normas:  1. Copiar el premio en el blog y enlazarlo al bloguer que te

La sonrisa de un niño

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     Siempre, desde que comencé en este mundillo de la escritura, me he sentido muy feliz escribiendo historias, la mayoría inventadas aunque algunas han sido anécdotas adornadas para compartirlas con vosotros. Pero hoy estoy especialmente feliz porque, por primera vez, siento que algo de lo que he escrito no servirá sólo para entretener, sino que lo será para ayudar. Pero AYUDAR con mayúsculas, porque ayudará a los niños a través de Save the children: “Save the children: El bienestar de los niños y niñas es nuestra razón de ser y trabajamos para que sus derechos, reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, sean una realidad en España y en todos los países del mundo, sin distinción de nacionalidad, origen o religión”       Treinta postales de distancia, como ya sabéis los que leéis este blog, es mi primera novela. La publiqué en Amazon a finales de febrero. Hace unas semanas, unos amigos de Twitter hablaban sobre el proyecto llamado 1libro1eu

¡Feliz día del libro!

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Imagen creada por El sitio de Tico Os traigo algo muy divertido que han colgado en la página de Sopa de Libros Se trata de dejar, como comentario, una frase que te haya gustado de un libro leído (Quien dice frase dice párrafo) ¿Os animáis a poner la vuestra? Comparto la que yo he dejado en la página, es de Alessandro Baricco en su libro "Seda":  "Iba lloviendo su vida frente a sus ojos, espectáculo quieto"

Allanamiento... o lo que salga

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―¿Por qué me das las llaves si te he pedido un pañuelo? ―Es que me he equivocado, estoy muy nerviosa. ―Tranquiiiiila, que no nos van a cazar. ―¡Abre la maldita puerta de una vez, oigo pasos! ―Si aparece alguien disimulamos y nos enrollamos. ―¡Lo llevas claro! ―No me mires así, en las pelis funciona. ―¿Es tu primera vez o ya eres un experto allanador? ―Es mi primera vez, y que conste que no me gusta nada esto que vamos a hacer. ―A mí tampoco, pero nos ha tocado. ―Al menos me alegro de que nos haya tocado juntos. ―Claro, de enrollarte conmigo para disimular a hacerlo con El brasas, habrá diferencia ¿no?… Al final voy a pensar que se ha hecho el enfermo. ―No seas mal pensada. ―Bueno, corta el rollo y abre. ―Pero dame un pañuelo o un trozo de tela, algo. ―¿Y de dónde quieres tú que saque un trozo de tela? ―Pues del bolso. ―No tengo nada de eso en el bolso. ―¿Se puede saber para qué llevas entonces un bolso, si no llevas lo esencial? ―¿Lo esencial? ¿Y qué puñetas es lo e

El cristal mágico

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Imagen: Vicente Mateo Serra (El sitio de Tico)       Se despertó sudoroso y confuso, aún estaba sentado frente a la mesa con su pluma en la mano y, sobre el papel, algunas letras habían quedado emborronadas por su brazo durante el sueño. Pero ¿qué tipo de fantasía era aquella que había vivido entre sueños? Se preguntó, mientras soplaba la vela y se dirigía a la cama en el otro extremo de la estancia.       No llevaba ni cinco minutos dormido cuando abrió los ojos, dando un respingo, se incorporó y corrió hacia la mesa. Encendió la vela con una pequeña llama que aún aguantaba en el hogar, y comenzó a escribir sobre aquel sueño donde un ingenioso hidalgo, era tomado por loco al afirmar que había visto libros de cristal; sin tinta ni papel, con imágenes pero sin pintura ni lienzo, y cuyas páginas se pasaban acariciando la superficie de aquel cristal mágico.

Será como una señal

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      Esperaba nervioso, caminando de un lado a otro de la fachada del bar donde se habían citado. Miró el reloj seis veces antes de que ella apareciera y se cruzara con él, sin verla. Nunca se habían visto en realidad, o eso creían. Esta iba a ser la primera vez, aunque, para ser más exactos, el tercer intento. Al cruzarse con ella no reparó en el abrigo rojo que llevaba puesto, ni en cómo le miró disimuladamente entre el hueco que dejaron su mano y el hombro derecho, mientras se colocaba el gorro con las mejillas encendidas. Tampoco descubrió la sonrisa pícara que le provocó descubrir que volvía a consultar su reloj por séptima vez. «¿Cómo podremos reconocernos, me vas a hacer interrogar a toda aquella que me cruce en la calle?» , le había preguntado él en la última conversación que habían mantenido. La primera se produjo unos meses antes, cuando se encontraron en un foro de lectura. A él le apasionaba Delibes y ella era la primera vez que leía a este autor, había comenzado por «

LIBROTRAILER: Treinta postales de distancia

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        No estáis acostumbrados a que mis entradas aparezcan con un vídeo, soy más de una imagen y mil palabras, pero estoy promocionando mi novela  y no he querido desaprovechar este rinconcito que con tanto cariño me seguís guardando.      Esto sigue siendo un paréntesis. Volveré a escribir pequeños relatos aquí, intercalando el tiempo con la siguiente novela. ¡Prometido!