El cristal mágico

Imagen: Vicente Mateo Serra (El sitio de Tico)

      Se despertó sudoroso y confuso, aún estaba sentado frente a la mesa con su pluma en la mano y, sobre el papel, algunas letras habían quedado emborronadas por su brazo durante el sueño. Pero ¿qué tipo de fantasía era aquella que había vivido entre sueños? Se preguntó, mientras soplaba la vela y se dirigía a la cama en el otro extremo de la estancia.

      No llevaba ni cinco minutos dormido cuando abrió los ojos, dando un respingo, se incorporó y corrió hacia la mesa. Encendió la vela con una pequeña llama que aún aguantaba en el hogar, y comenzó a escribir sobre aquel sueño donde un ingenioso hidalgo, era tomado por loco al afirmar que había visto libros de cristal; sin tinta ni papel, con imágenes pero sin pintura ni lienzo, y cuyas páginas se pasaban acariciando la superficie de aquel cristal mágico.

Comentarios

  1. No pienso nombrar al bicho :P
    Enhorabuena por ese micro t ya sabes que me quedo con lo de libro de cristal XDDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú quédate con lo de libro de cristal, pero que terminarás con uno...

      Eliminar
  2. Mis estanterias están de tu parte, que lo sepas ¡¡¡pero yo resistiré!!! jajajajjaja

    ResponderEliminar
  3. Magnífico micro Sara, de veras, y pienso en que si descubrieron hace poco otra Gioconda, un borrador digamos de la que finalmente pintó Leonardo, que no habrá llegado hasta nosotros de esas ideas que, quién sabe, hubiera podido imaginar Cervantes tales como un cristal mágico, un trozo de metal que pegándolo al oído escucháramos voces, o demás engendros de brujería :)

    Me ha encantado!!

    *No sé si podré dar forma esta noche a la idea que ronda mi cabeza con tu frase pero sino hoy mañana ésta cae, aunque me tenga que levantar en mitad de la noche candelabro en mano a escribirla :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja lo del candelabro ha sido total!!
      Yo lo he conseguido, al final! Pero me ha costado tela. El primero lo voy a aprovechar para otro relato, y el segundo me he dejado llevar por un diálogo absurdo que no sabía cómo terminar...

      Eliminar
  4. Estupendo microrrelato Sara, ya sabes que me gustó mucho y que lo considero como un regalo. Magnífica tu visión del libro de cristal mágico, fíjate que al principio no lo pillé y eso que ya lo he leído varias veces eh? Pero entre tú y yo, ahora que no nos lee nadie porque apenas tienes seguidores, no es lo que pensé cuando hice la ilustración aunque pensándolo bien me quedo con tu visión porque por el tamaño se ajusta más a tu ebook que a mi móvil, así pues San Jobs de Apple y yo te damos las gracias y te felicitamos al mismo tiempo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo rápidamente pensé en un lector digital, y creí que habías intentado mezclar ambos conceptos, como un guiño tanto a los entusiastas como a los detractores. Y a mí me vino a la mente ese San Jobs tan ingenioso y no quise que faltara, por eso le di al molino de viento la forma de un iPad. Un teléfono no se me pasó por la cabeza jajajaja pero sí un espejo donde se contemplaba, por el reflejo en su cara. Pero me convencía más la otra versión ;)

      Eliminar
  5. Quien dice ebook dice ipad eh?

    ResponderEliminar
  6. Haber leído "Treinta postales de distancia" ha hecho crecer mi capricho de tener un iPad. Qué locura nos infundes!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Relación entre la web de cita previa del DNI y una partida de Mario Bros

¿Por qué el cartero siempre llama a mi casa?

TREINTA POSTALES DE DISTANCIA