Yo no le encuentro el placer...


      Estoy cansada de fracasar en el gimnasio. No sé, debo de ser un bicho raro, pero no consigo sacarle el gustillo a eso del sufrimiento corporal, y mira que lo intento. He probado natación, aerobic, fitness, GAP, sping-bike, body pump, body combat… y siempre me pasa lo mismo: me aburro. Llega septiembre y, después de un veranito de relax, cañas a tutiplén en terracitas varias, helados, etc., decido ponerle remedio y compensar con un invierno sano a base de dieta y ejercicio. Con las ideas bien claras al respecto, elijo una modalidad deportiva, me apunto tres días por semana en el gimnasio más cercano, y me planto en Decathlon para equiparme: tres modelitos diferentes, uno para cada día; una mochila a juego; unas zapatillas impresionantes anti deslizamiento en tarima; unas cuantas toallas de última generación (esas que son como una Ballerina, pero sin el como) y claro, a juego con los colores de los modelitos de cada día; una botella especial para el agua, etc. Y de esa guisa me presento el primer día en el gimnasio, pareciendo una profesional en la materia que me voy a comer el gimnasio en cuanto entre. Aunque cuando miro a mi alrededor veo que las demás no se quedan atrás, por no  hablar de la monitora que lleva hasta un vendaje especial en mano y muñecas para el body combat, porque dice que se pueden abrir… Nunca imaginé que el aire opusiera tanta resistencia, oíga, que es al único a quién damos puñetazos, porque se trata de hacer una coreografía con movimientos de boxeo y artes marciales.

      El caso es que pasa la semana y yo encantada. Me preguntan en casa y las amigas, y yo feliz, con unas agujetas mortales que no me dejan dormir, pero disfrutando de boquilla porque creo que más adelante conseguiré sacarle el placer a ese deporte. Y así pasa un mes y medio, y a mí cada vez me parece más aburrido presentarme allí a dar patadas y puñetazos al aire. Mis modelitos que al principio eran un aliciente, ya los tengo más vistos que el tebeo y no estoy segura de querer renovarlos porque total, para ir a sudar, con ese dinero casi mejor me voy de compras. Y ahí cometo el primer error: me salto un lunes de gimnasio con la excusa, que no me creo ni yo, de renovar el vestuario deportivo, y vuelvo con vestidos y complementos varios. El martes me levanto sintiéndome culpable, pero prometiéndome que no se volverá a repetir y que al día siguiente iré como un clavo. El caso es que el miércoles, mientras me preparo el café, empiezo a notar que a los azulejos de la cocina no les vendría mal una limpieza a fondo y me quedo limpiándolos; y el viernes me entran unas ganas irrefrenables de limpiar también los armarios y la despensa por dentro. Así que el lunes, como la semana anterior he estado frota que te frota, me doy cuenta de que se me ha acumulado la plancha, y el miércoles pienso que una sesión de peluquería no me vendría mal, y total el viernes, para qué voy a ir, si no he ido en dos semanas me van a salir unas agujetas ¡qué no veas para aguantarlas el fin de semana con los niños! Y sin darme cuenta llega Navidad y yo aún no me he incorporado, entonces decido borrarme, ya he pagado un mes entero sin haber ido un solo día, no voy a pagar por diciembre que tiene cuatro días laborales, ya me apuntaré en enero de nuevo.

      Pero llega enero y me doy cuenta de que si no me ha gustando antes, no me va a gustar ahora de repente, por arte de magia. Así que decido buscar otro deporte. A ver, a ver… ya está ¡natación! Una vez me apunté a natación y, si no recuerdo mal, me gustó. Es un deporte muy completo, es bueno para la espalda, para la circulación, no notas tanto que sudas… ¡no hay más que hablar, natación! Así que un día que paso por Decathlon, me paro y compro unas gafas, las mejores, en eso no hay que escatimar en gasto, un gorro “supermegafasion”, un par de toallas estilo Ballerina pero XXL porque son para todo el cuerpo, y como ocupan poco me sirve para amortizar la mochila que compré anteriormente, porque con una toalla de las de baño que tengo en casa tendría que cambiar la mochila, y total para gastármelo en mochila me lo gasto en toalla, qué más da, así voy también más ligera de peso. Me compro un par de bañadores, porque esta vez no voy a cometer el mismo error y me apuntaré sólo dos días. Y llego a casa encantada con mi nuevo equipo deportivo para combatir los excesos navideños. Pero pasan los días y empiezo a pensar que quizá no es el mejor momento para apuntarse a natación, qué rollo salir con el pelo mojado con el frío que hace, o secármelo allí y perder un montón de tiempo que podía usar perfectamente para hacer otras cosas más entretenidas como leer, navegar por internet o incluso limpiar los cristales me apetece más.
      Este año, sin embargo, he decidido ir por libre, voy a ir a correr, bueno, mejor dicho, ayer fui a correr: es gratis, se ahorra tiempo porque salgo del portal y el tiempo empieza a contar hasta la vuelta, puedo usar el mismo equipo que me compré con anterioridad (bueno, el de natación no, el otro… Aunque debería comprarme unas zapatillas especiales, pero no me atrevo por si las moscas), mi teléfono dispone de iPod cargado de música y podómetro, que es otro ahorro más para no sentirme culpable si abandono ¡qué más puedo pedir! Pues salud… Ayer fui a correr con un pequeño dolor de garganta y volví con un trancazo de tres pares, sólo a mí se me ocurre correr en esas condiciones, pero es que era ¡ahora o nunca! lo tenía decididísimo… Lo mejor de todo fue la información que me dio el podómetro, me dice que corro (por llamarlo de alguna forma) a 5km/h, y que hice dos kilómetros y medio en veinticinco minutos. Lo mismo es que como corrí alrededor de la manzana, el GPS no calculó bien la distancia y se mareó un poco con las vueltas o se perdió y empezó a restarlas en vez de sumarlas, porque yo juraría que corrí más. Aunque la verdad es que entre los goterones de sudor en forma de catarata que me bajaban de las pestañas, vi cómo me adelantaba una vieja que iba al Mercadona. Lo peor de todo es que el podómetro también me informó de que había perdido 137 calorías (sólo le faltó hacerme un test de embarazo, por Dios, ¡qué eficacia!) ¿137 calorías sólo? Pero si por poco se me salen los pulmones por la boca y eso que no fumo. Así que no tuve otro remedio que compensarlas cuando llegué a casa con un sándwich de Nutella que me supo a gloria. Algún placer tenía que darle al cuerpo para engañarle y que siga queriendo mañana salir a correr si mejoro del trancazo.

Comentarios

  1. Dedícate a hacer monólogos, mujer, son la caña jajajajajajaja

    Un besazo^^

    ResponderEliminar
  2. Soy muy tímida al micrófono jajajajaja

    Besotes!

    ResponderEliminar
  3. Me he reído mucho. Estas cosas nos pasan a muchos. Yo antes de vacaciones conseguí el hábito de ir a correr 3 días a la semana, 15 minutos. La semana pasada me apunté al gimnasio (sólo he ido una vez, xD). Espero obtener resultados...

    Un beso Sara!

    ResponderEliminar
  4. ¿Y que distancia corrías, Daniel? ¿Cómo ves lo de mi kilometraje? Porque empiezo a pensar que soy como esas señoras que cuando echan a correr van más despacio que cuando iban andando...

    ResponderEliminar
  5. Yo iba ligero, la distancia la desconozco, desde Plaza España hasta la Plaza de Oriente y volver. Casi siempre de noche, una gozada la verdad.

    A mí me ha impresionado que llegaras a correr 25 minutos, pero quizá para empezar es mejor no forzarse porque si te cuesta mucho en dos semanas te dará más pereza salir a correr.

    ResponderEliminar
  6. Alternaba con caminar rápido cuando me cansaba mucho jajajaja y mi intención era media hora, pero no pude... Ahora sabiendo que 15 minutos están bien me das una alegría, a ver qué me dice el podómetro! Mañana creo que no podré, no puedo respirar bien... Miedo me da rajarme con esto.

    ResponderEliminar
  7. Muy divertido Sara. Yo también salí a correr pero descubrí tbc en febrero y me salvó. Es que los que se cansan por placer no deben estar bien :)

    ResponderEliminar
  8. Te leo lo de "salí a correr" y pensé que ibas a terminar con un "y no volví".

    Una amiga que no corre pero nada (del verbo nadar, no que no corra ni nada :P), me dice que al principio es un sacrificio, pero luego no puedes estar sin ir, que se convierte en un placer... ya te contaré si algún día llego a ese momento histórico en mí, lo mismo ahí ya me compro una equipación de corredora y todo, con dorsal incluído, aunque siga corriendo sola.

    ResponderEliminar
  9. Estoy con tu comentarista, estarías genial en "El club de la comedia", jejeje

    Besos

    ResponderEliminar
  10. Gracias Dinosaurio ;)

    Besotes!


    *Confirmado amigos, camino más rápidamente que corro… me negaba a aceptarlo pero hoy lo he comprobado después de que un amigo me ha dicho que se camina a 6km/h, que cómo es posible que yo corriera el otro día a 5km/h, pues no, no corro a la pata coja, si es lo que pensasteis alguno el otro día… Pero hoy me he dado cuenta, observando el podómetro, que caminando iba a 6,2 y corriendo a 5 (algunos momentos a 4,8 no voy a engañaros) así que el promedio de hoy ha sido 5,5km/h. Lo lleva claro el conductor del autobús si piensa que voy a volver a correr detrás suyo… en cuanto lo vea aparecer doy tres zancadas de galgo a cámara lenta y el autobús es mío. En tiempo te he hecho caso, Daniel: 15 minutos. Yo creo que esta vez he aumentado el promedio gracias a la música, he cambiado la lista de reproducción y en vez de música española me he puesto canciones en inglés, y claro, ahora no las voy cantando mentalmente, que yo creo que eso ralentiza el paso. Al final he hecho un kilómetro y medio, y tan solo 96 puñeteras calorías… ¿en serio compensa? Porque si una rebanada de pan Bimbo tiene 79 calorías, que lo he mirado en el envase, no quiero ni imaginarme las que tiene el untado de encima… hoy ni alegría “pal” cuerpo ni leches ¡porca miseria!

    ResponderEliminar
  11. jajajaja.... ¡ahora me toca a mí comentar la primera!Es que me habéis picado esta mañana.....! Te he visto tan decidida, tan animada y tan equipada que por un momento me ha picado el gusanillo. Pero vamos, después de leerte el gusanito se ha convertido en carcoma y me he comido un bocadillo de mortadela con aceitunas para estar convencida de que comer me dará más placer que darle vueltas a la manzana jejeje... Pero tú no te desamimes chica que aunque no pierdas calorias a mansalva se te va a poner un tipín.... ¡Tu entrada ha estado genial!!!

    ResponderEliminar
  12. Jo, María, el proximo día que salga a correr no podré quitarme de la cabeza tu bocadillo de mortadela con aceitunas. Además me lo imagino como tú los preparas, con dos centímetros de mortadela en medio... Mala suerte que cuando abra la nevera sólo encontraré lo poco que les gusta a mis hijos, salchichón, queso de burgos y jamón york... vaya niños más sosos tengo en la merienda, con lo feliz que yo sería comprando salami, mortadela y chorizo en lonchas a mansalva... me "salvan" por la Nutella y las tabletas de chocolate.

    ResponderEliminar
  13. En mi trabajo he perdido 16 kg desde enero este año! Nada como tener que luchar contra el reloj y el tráfico en Málaga para ya a pie o conduciendo terminar con unos cuantos € menos, menos gasolina y menos peso! :)
    Ups olvidé el dato de la mudanza al piso nuevo, claro el pasar de comer en el restaurante del abuelo a llegar a casa y ver que cierra el Mercadona y usar táctica microondas pues se nota :p
    pero creo que de estos 70 no pienso seguir bajando así que voy a cenar una pizza que el ritmo que imprime leer tu buenísima crónica me ha heco acordarme de que no había cenado aun! :)

    Un abrazo y feliz Otoño!

    ResponderEliminar
  14. Jolin pues 16 ya son kilos perdidos!! Aprovecha la pizza que te vas a quedar transparente.

    Yo no tengo intención de perder kilos, más bien de quedarme como estoy pero zampando todo lo que me apetezca jajajaja que no es poco, porque soy una disfrutona de la comida. Y hasta ahora la genética me ha acompañado, pero como la edad no perdona... Hay que cuidarse y sufrir, porque las dietas sí que no puedo con ellas, me producen cabreos y sueños gastronómicos.

    Feliz otoño ;)

    ResponderEliminar
  15. Anónimo23/9/11

    Segundo intento de comentario...blogger se lo ha comido y encima me ha pedido postre y café.
    Decía que yo en una mudanza perdí 8 Kg. Ya sé que en las mudanzas lo que se pierden son cajas, pero yo soy más chulo que eso y no perdí ninguna...hubo un momento que pensé que sí, pero finalmente me encontré todas las cajas de la buhardilla en el sótano: 4 plantas, venga a subir libros....y luego dicen que el saber no ocupa lugar...Sí que lo ocupa: en concreto en los riñones!!
    Me ha gustado el texto, estaría bien vértelo interpretar :-D
    Bsos

    ResponderEliminar
  16. jajajaja menudo tragón está hecho blogger, luego le tocará irse a correr para eliminar calorías :P...

    El saber ocupa lugar, y como me alegro de ello, imagino un futuro no muy lejano donde las casas comenzarán a parecerse a las de "Fahrenheit 451" no sé si lo habrás leído, y me dan escalofríos.

    En cuanto a lo de mi interpretación jajajaja tú como un amigo el otro día, que me dice que lo mismo se anima a venirse a correr conmigo por las mañanas, y fijo que no es para ponerse en forma, es para cachondearse de mi estado físico (Ignacio si lees esto date por aludido ¬¬), y ver cómo me adelantan las viejas en vivo y en directo... ¡¡desde luego!!

    Besotes!

    ResponderEliminar
  17. Salir a correr es un aburrimiento supino. Prefiero mil veces jugar a deportes colectivos o salir en bici, al menos socializas (bueno, en bici no) y hay cierta competitividad.

    Aparte que sufro una maldita tendinitis que sólo se manifiesta, la muy graciosa, cuando salgo a correr, mientras que en otros deportes parece que se eche a dormir.

    ¿No te has planteado (perdona que te tutee) salir a andar rápido? No llegas a correr correr, las rodillas no sufren tanto y quemas tantas calorías.

    Bueno, ya he contado mi vida :P
    Saludos!

    ResponderEliminar
  18. Voy alternando correr con andar rápido, y escuchando música no es aburrido, aunque lo peor es mentalizarme el día que toca para no abandonar. De momento me motivan el ahorro de tiempo, comparado con un gimnasio; y una apuesta que tengo por ahí con un bloguero y que no quiero perder... Pero si flaqueo seguiré tu consejo.

    Gracias por tu comentario, un saludo :D

    ResponderEliminar
  19. Que razón tienes con lo que has escrito, a mi y como me imagino que a mucha gente, me ha pasado como a ti..el año pasado me propuse salir a correr con mi novio, y lo hicimos los primeros dias, luego ya nada, y para ir yo sola me cuesta más todavia. Este año tocaba gimnasio, y al principio bien, pero luego..tendre que poner mas fuerza de voluntad. Me gusta como escribes, asique seguire leyendote.besos!

    ResponderEliminar
  20. Muchas gracias, Sunshine, estás en tu casa. Y ánimo con el gimnasio, espero que dures más que yo. De momento no he abandonado salir a correr... Pronto me compraré las zapatillas de élite!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Relación entre la web de cita previa del DNI y una partida de Mario Bros

¿Por qué el cartero siempre llama a mi casa?

TREINTA POSTALES DE DISTANCIA