Mejor el móvil...

      Había convertido en batuta la cucharilla del café y con los ojos cerrados, sentada a la mesa de la cocina, siguió el compás de aquella música que sonaba en el despertador de su mesilla en la habitación, a todo volumen.

      Mientras se deleitaba con placer en el punto álgido de la melodía, sintió una presencia extraña clavada en su espalda.  Se giró lentamente y fue abriendo los ojos muy despacio, encontrándose de frente con un completo desconocido mirándola fijamente. Soltó la cucharilla del café que cayó al suelo y agarró el cuchillo de la mantequilla ¡Cómo hubiese deseado estar cortando carne en vez de desayunando, y portar un arma mejor!. Fue retrocediendo poco a poco sin perder de vista al desconocido, mientras él no le quitaba ojo al cuchillo. Cuando se vio a la altura del pasillo, corrió hasta su dormitorio y cerró el pestillo por dentro.

      Dio unas cuanta vueltas por la habitación, no sabía dónde podía esconderse ni qué hacer, si hubiese  podido pedir un deseo, habría pedido una capa para hacerse invisible como Harry Potter, pero aquello era la vida real y el tiempo trabajaba en su contra. Su enemigo hurgaba con algo metálico en el mecanismo del picaporte, a la vez que envestía la puerta con fuertes empujones. Ella gritaba preguntándole qué quería, pero él no contestaba, se limitó a seguir con la tarea de intentar abrir la puerta de su prisionera.

      La única solución que encontró, fue sacar la cabeza por la ventana y gritar pidiendo ayuda. Su habitación daba a un patio interior y por más que gritaba, nadie parecía oírla. Era como si estuviese sola en todo el edificio. Pensó en la posibilidad de descolgarse por las ventanas, agarrándose a las cuerdas del tendedero, pero desistió rápidamente a su idea ya que el miedo a caer desde un cuarto era mayor, al que le producía que su asaltante lograse abrir aquella puerta. Así que colocó todos los muebles que pudo mover, detrás de ella y siguió pidiendo auxilio.

      Dejó de escuchar ruido al otro lado. Quizás sus gritos le habían hecho huir aunque, por si acaso, mantendría la calma y no saldría del cuarto. Mientras esperaba pensó que hubiese sido mejor idea coger el teléfono móvil de la mesa, que el cuchillo de la mantequilla, fue una reacción instintiva y poco racional.

      Cuando había pasado una hora, decidió salir de la habitación. Estaba temblando de miedo y le costó decidirse a girar el pomo de la puerta, pero ya no aguantaba ni un minuto más aquel encierro. El pasillo estaba silencioso y todo parecía estar en orden.
Hizo un recorrido visual desde el punto del pasillo donde se comunicaban todas las puertas de las distintas estancias, y mientras reparaba en el sofá colocado delante de la terraza del salón, le pareció haber visto un ligero movimiento en la cortina. Con el corazón encogido y sin decidirse a avanzar a la terraza o salir corriendo por la puerta de la calle, se acercó a la cocina para coger su teléfono móvil, y justo cuando lo tenía en la mano, este comenzó a sonar. Una voz que conocía perfectamente, al otro lado del teléfono, se puso a gritar en tono musical ¡Inocente, inocente...! A la vez que su presunto asaltante y un cámara de televisión, se acercaban a ella con la mejor de sus sonrisas y un ramo de flores.

      El teléfono móvil no terminó bien parado, o más bien lo paró la cabeza del actor del programa. Finalmente acabó siendo mejor arma que el cuchillo de la mantequilla.

(Inspirado en la frase de Asiria: "Había convertido en batuta la cucharilla del café" para El cuentacuentos)

Comentarios

  1. Jajajajajajaja qué final más bueno xDDDD

    Besotes^^

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  2. No esperaba ese final, me ha sorprendido bastante. Yo no habría sido capaz de salir de la habitación ;)

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  3. =) Final inesperado jejeje esta bien narrado y me capturó totalmente, quería saber que iba a pasar.

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  4. Anónimo8/6/10

    Le estaba bien empleado al actor. Me ha gustado. Además yo también creo que una broma en la que el protagonista sufre no es una broma es una putada.
    Salu2

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  5. Muy buen final Sara!

    Hay una historia antes de llegar a el, y consigues atraernos hacia posibles desenlaces en ella, pero lo que sucede es todo una sorpresa :)

    Y que dé gracias el actor que no estaba cortando carne!

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  6. Jajajajaja me he dado cuenta de que estoy quemada, estoy loca... Las cosas que se me ocurren son muy disparatadas jajajaja :P

    Besotes^^

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