“Cazadores de mentes”





      ―Vamos a jugar a algo. ―Le dijo a su hijo, mientras le colocaba el abrigo y la mochila.
      ―Yo no quiero jugar a nada, mamá ¿Tengo que hacerlo?
      ―Es algo muy sencillo, Álvaro. Vamos a jugar a que hoy es un día muy especial, empezamos una vida nueva, en una ciudad diferente, vas a ir al colegio por primera vez y harás amigos aquí.
      ―Pero mamá, a mí me gustaba nuestra casa, nuestra ciudad, no ir al colegio y sobre todo, jugar con mi hermano.
      ―Lo sé cariño y lo siento. Pero las cosas han cambiado y ahora toca adaptarse.
      ―¿Y qué pasa con papá y Carlos?¿Ellos no tienen que adaptarse?¿Por qué ellos se quedaron allí?
      ―Sí, ellos también tienen que adaptarse, pero a vivir sin nosotros. Es cierto que nosotros nos hemos llevado la peor parte.
       ―¿Volveremos a verlos?
       ―No lo sé hijo, no lo sé.
       ―Te odio mamá, has fastidiado mi vida y la de toda la familia.

      Elena vio marchar a su hijo, con lagrimas en los ojos. Sabía que era pronto para que comprendiese los motivos de aquella huida.

      Hubo un tiempo en el que fueron una familia unida. Los padres de unos gemelos preciosos, que disfrutaban de la vida pasando juntos la mayor parte del tiempo. Aquellos fueron días de felicidad plena, hasta que un buen día, sin previo aviso, llegaron los cambios. Una especie de científico se presentó en su casa para hablarles sobre sus hijos. Los niños contaban con dos años de edad. Por lo visto habían adquirido durante el periodo de gestación, un extraño poder que les permitía, cuando estaban a corta distancia entre ellos, controlar cualquier tipo de sistema electrónico. Los padres no daban crédito a lo que el extraño desconocido les estaba contando, pero aseguraba que lo habían descubierto a través de unos radares especiales. Cuando los gemelos estaban juntos, liberaban un tipo de energía que emitía una señal, así los habían descubierto ellos. El problema era que esta señal también era captada por los cazadores de mentes. El científico, cuya mente disponía de un poder similar al de los gemelos, trabajaba en una unidad especial del gobierno para detectar mentes relevantes, así eran denominados, antes de que lo hiciesen los cazadores de mentes. Los cazadores de mentes eran en realidad otro tipo de científicos freelance, que utilizaban a las mentes relevantes para realizar experimentos. Una vez que cazaban, se perdía la pista del objetivo para siempre.

      Les recomendó, que rodeasen la casa con una alambrada fabricada en estaño, ya que este metal aislaba de los radares rastreadores. También advirtió que los niños no saliesen de casa juntos, tenían que hacerlo siempre por separado, ya que su poder mental sólo era efectivo a corta distancia y de esta forma no liberaban ninguna señal.

      Les dijo que los niños no debían saber el poder que poseían hasta la edad adulta, pues de saberlo, podrían actuar por su cuenta y esto sería una catástrofe. Esto no debían consultarlo con nadie, era secreto de estado. El científico se mantendría en contacto riguroso con la familia para ayudarles en todo lo necesario.

      Decidieron que sus hijos no asistirían a la escuela, Elena se encargaría de enseñarles durante los primeros años, más adelante buscarían una nueva solución.

      Se deshicieron de cualquier tipo de aparato electrónico de su casa y todo transcurrió de una forma, más o menos, normal; hasta que un buen día se presentó en su casa una asistenta social, pidiendo a los padres la escolarización inmediata de los niños o de lo contrario, tendrían problemas con las autoridades competentes sobre su tutela.

      La única opción que encontraron, para mantener la vida de sus hijos a salvo, fue separarse y encontrar una nueva vida, cada uno con un niño por su cuenta. De esta forma, al no estar juntos, no alertarían a los rastreadores y firmando un convenio de separación de mutuo acuerdo, no tendrían ningún problema con las autoridades.

      ―Algún día, cuando todo pase o seas un hombre, jugaremos a un nuevo juego y volveremos a ser una familia ―le decía Elena a Álvaro en voz baja, pero él ya no la escuchaba, acababa de cruzar la puerta del colegio.

      Diez años más tarde, cuando los gemelos cumplían los quince años y seguían encontrándose a muchos kilómetros de distancia, recibieron un telegrama. Debían reunirse en un edificio con el científico que visitó su casa y con el que habían tenido un contacto permanente durante todos estos años. Ellos sentían que era su ángel de la guarda.

      Cuando llegaron al edificio, en cuya fachada ponía las siglas MR-PS, les hicieron pasar a una gran sala diáfana. Allí se encontraron con un montón de familias en las mismas circunstancias. Estaban entusiasmados mirando de un lado a otro, no se lo habían confirmado, pero intuían que se iban a encontrar con ellos. Sólo tardaron un minuto en cruzar sus miradas y ya se les había hecho eterno. Se fundieron los cuatro en un abrazo inménso, mojado de lágrimas. A pesar de que Elena había visto crecer a Álvaro, no podía creer lo que había crecido Carlos, y eso que seguían siendo como dos gotas de agua. Miró a su marido, le parecía un extraño, habían pasado diez años y esos años habían hecho mella en su rostro, había envejecido como si hubiesen pasado en realidad veinte. Se preguntó si ella habría cambiado tanto para él.

      Les comunicaron mediante una conferencia, que ya había pasado el peligro y podían volver todos juntos a sus casas. Habían descubierto una especie de medicación, que anulaba la energía de las mentes relevantes. Una sola pastilla y volverían a ser como cualquier ciudadano de la calle.

      A Elena y a Álvaro les correspondía de nuevo, romper con su otra vida, pero esta vez no les importaba, volvían a ser de nuevo una familia unida.

      La semana siguiente del encuentro, una agencia de investigación periodística, revelaba el fraude cometido por una empresa llamada MR-PS (Mentes Relevantes Proyecto Sociológico) sobre un estudio de investigación, hasta el momento, nunca realizado. Habían estudiado durante diez años, el comportamiento de diferentes unidades familiares ante un problema de fuerza mayor, sus decisiones desesperadas y consecuencias. También habían estudiado cómo evolucionaban los gemelos si eran separados de sus hermanos a una edad en la que la afinidad y los lazos afectivos; ya estaban marcados.

      Dos semanas más tarde a la noticia, seis familias ganaban un juicio contra la empresa MR-PS. Los imputados no pudieron ser condenados ya que el agravio que habían cometido, no estaba tipificado como delito en el código penal. La vía civil fue otro cantar, ya que tuvieron que indemnizar con una suma multimillonaria, a todas las familias afectadas, por daños y perjuicios.

      Unos meses después, la empresa MR-PS sufrió un atentado en sus instalaciones. No se encontraron pruebas para imputar a nadie y el caso del atentado quedó archivado.

(Inspirado en la frase de Mun: "Vamos a jugar a algo" para El cuentacuentos)

Comentarios

  1. ¡¡¡Hija de mi vida!!!! te has sacado de la manga una película completa jajajajjaja. Creí que me iba a quedar con las ganas de que alguien se tomara la justicia por su mano, pero no, has pensado hasta en eso ;)

    Pd; creo que se te están pegando demasiadas cosas de alguien que tú y yo conocemos jajajjajaaj

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  2. Jajajaja hay que ser condescendientes mujer, ya que se ha esforzado por ser un romántico empedernido, tendremos que hacer nosotras también un esfuerzo en el mundo de la ciencia ficción...

    La verdad es que me ha quedado una peli de esas de estrenos tv de la hora de la siesta jajajaja, me he tenido que documentar para los delitos, no se me fuera a echar encima, algún entendido de la ley...

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  3. Que barbaridad, conforme iba leyendo se me han ocurrido mil historias paralelas.
    Hasta una sección para mi blog
    Pensaré en ello. Pero pensaré flojito no sea que altere algún campo electromagnético jajajaja
    Si en el futuro tengo gemelos, me cago vivo jajaja

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  4. Te veo alambrando tu casa en un radio de 100 metros :P jajajaja... Si se te ocurren historias escribe y avisa, que no me lo pierdo!!!

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  5. Pues si que ha dado la farse de sí. Menudo peliculón si sí. Justo para después de comer. Desde luego empiezas con buen pie.
    A seguir escribiendo. !!!

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  6. Anónimo6/5/10

    Gracias por la visita Sara, estoy seguro que ambos sacaremos provecho de nuestros escritos :) un abrazo y sigue así, no importa el tiempo que se lleve escribiendo, sólo que a ti te llenen y de vez en cuando comuniques con los demás.

    Un abrazo

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