Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2010

Un sobre, un reto...

Imagen
Vengo con algo diferente. Dentro de un sobre de la travesía literaria, me he encontrado con estas diez palabras:  Nuevo, Ausencia, Ojos, Condenado, Tarde, Parte, Grande, Palabra, Nadie, Fuerte.   Y con ellas tengo que escribir el microrrelato más corto, que sea capaz de construir, insertando las diez palabras sin que falte ni una. ¡¡Me encantan los retos!! Resultados:   Eternidad Los ojos del condenado guardaban parte de ausencia, por la palabra que no pronunció nadie. Esa tarde, un nuevo destino le haría fuerte y grande; Eternidad.   Injusticia Tu palabra de nuevo, condenado, es fuerte  y grande; forma parte de los ojos que luchan contra la ausencia de justicia ¡Que nadie reaccione tarde! En sus ojos Tarde parte, condenado, palabra grande. Nadie nuevo, fuerte ausencia... ojos tristes. Ya no es nadie Ojos, ausencia grande. Palabra fuerte, condenado. Tarde parte, nuevo nadie. Reto conseguido: " Eternidad " (26 palabras), " Injusticia " (2

El examen...

Imagen
" "La frase para empezar la historia de esta semana de El cuentacuentos , no sé para los demás cuentacuentos, pero a mí me ha resultado la más difícil de las que llevo escritas hasta ahora, y eso que la de Fantasmín ya me pareció complicada... pero no me apetecía darme por vencida, así que ahí dejo algo que se me ha ocurrido esta mañana"       Decidí dejarle terminar aquel tema . Lo dominaba a la perfección y se notaba que su explicación era fruto de muchas horas de estudio y duermevela.       Su dicción era rítmica y cadenciosa. Mostraba templanza en cada palabra que pronunciaba y seguridad en lo que exponía. Más que exponerlo, parecía que lo rezaba.       Debía contar con más de treinta y cinco años de edad, seguramente se habría presentado ante este tribunal, para esta prueba oral, infinidad de veces y cada vez que lo hacía pensaba que esa vez sí que sería la definitiva. Quizás ya estuviese al límite de sus fuerzas y su paciencia le pedía tirar la toalla para b

Bajo la lluvia

Imagen
                                      Sintió unos pasos acompasados a su espalda, sabía lo que aquello podía significar y le embriagó una sensación que, mezclada con aquella tarde de lluvia, el olor de las flores de los jazmines que enredaban las paredes de la casa y la triste danza de las ramas de los sauces; le haría transformar su desconsuelo en anhelo, el anhelo en deseo y el deseo en delirio, que le dejaría sumido en una sombría pérdida de la realidad.       La muerte se la llevó temprano, un grisáceo día de lluvia. Inmerso en un desvarío de su desdicha, pensó que un inesperado día de tormenta de la misma forma se la devolvería.       Él la espera confiado, aunque siente miedo de girarse y no ver lo que lleva tantos años esperando, tantas tardes de lluvia viendo desvanecer su ensueño diluido en un instante. Llegando a perder la razón, la juventud y la cordura; a la vez que mantiene la esperanza y el rumbo desorientado de su corazón.       Sintió unos pasos acompasados a su e

Encadenado

Imagen
      L a torre estaba oscura y los grilletes demasiado flojos. El olor rancio de la humedad estancada en la celda y la putrefacción de sus residuos corporales, proporcionaban a su deseo de escapar una relevancia no mayor que la del anhelo de encontrar con vida a su hermana.       No recordaba cuándo fue la última vez que había visto la luz, ni el tiempo que llevaba enclaustrado en esas cuatro herrumbrosas paredes, sin más compañía que las ratas que se hacinaban, cuando el carcelero cerraba la puerta, para compartir su ración diaria que consistía en un plato de papilla viscosa e incomestible y un pedazo minúsculo de pan duro y mohoso. Cohabitaban el resto del día junto a él, deambulando por la celda y acompañando su soledad.       Su cuerpo estaba unido a la pared del fondo mediante una gruesa cadena, cuya terminación amarraba sus tobillos con unos grilletes. Lo único que alimentaba su exigua existencia era saberse vengador de la muerte de sus padres, no le importaba estar pagando po

Danza de la noche

Imagen
No me gusta dormir sola en mi cama. Mi habitación me da miedo cuando llega la noche. Mientras mamá está conmigo, leyendo un cuento y dándome un beso de buenas noches; mi cabeza está tranquila, me siento reconfortada y feliz.  Pero cuando se marcha y apaga las luces, aunque veo reflejada en el pasillo la luz del salón, donde están ellos; empieza mi desasosiego. Las sombras de mis juguetes se transforman en espectros bailando una lúgubre danza en la oscuridad. Los crujidos de la madera, ampliados por el silencio, me hacen sentir que las sombras en medio de la penumbra han cesado su ritual reparando en mi presencia asustada. Entonces me levanto y me acerco hasta la puerta del salón donde mis padres, ignorantes de mi estado de miedo, miran la televisión tumbados relajadamente, pensando que yo descanso en un dulce sueño. Les miro fijamente desde el marco de la puerta con la esperanza de que se apiaden de mi mirada y me hagan un hueco en su refugio, libre

Roma, París, Nueva York...

Imagen
   Roma, París, Nueva York; decía la portada de un catálogo de viajes que algún despistado se había dejado olvidado en el asiento del metro. Lo cogió y se sentó en su lugar. No sabía qué hacer con él así que decidió echarle una ojeada. A esa hora de la mañana el metro no estaba demasiado lleno. La ocupante del asiento de su derecha, dormía plácidamente. Siempre le ha sorprendido observar a la gente que se queda dormida y tiene la capacidad de despertarse justo en su parada. El ocupante de su izquierda devoraba un libro sin levantar los ojos de sus páginas. Él ojeaba el catálogo de viajes, absorto en sus pensamientos. Llevaba un año apático. Se había divorciado hacía ya ocho meses y llevaba todo este tiempo viviendo con sus padres. La casa que adquirió con su ex mujer se había vendido hacía un par de meses, al no tener hijos todo el proceso fue mucho más fácil. Con el dinero que le había correspondido de la venta, estudiaba la posibilidad de comprar de nuevo una vivienda o bien al

“Cazadores de mentes”

Imagen
      ― Vamos a jugar a algo . ―Le dijo a su hijo, mientras le colocaba el abrigo y la mochila.       ―Yo no quiero jugar a nada, mamá ¿Tengo que hacerlo?       ―Es algo muy sencillo, Álvaro. Vamos a jugar a que hoy es un día muy especial, empezamos una vida nueva, en una ciudad diferente, vas a ir al colegio por primera vez y harás amigos aquí.       ―Pero mamá, a mí me gustaba nuestra casa, nuestra ciudad, no ir al colegio y sobre todo, jugar con mi hermano.       ―Lo sé cariño y lo siento. Pero las cosas han cambiado y ahora toca adaptarse.       ―¿Y qué pasa con papá y Carlos?¿Ellos no tienen que adaptarse?¿Por qué ellos se quedaron allí?       ―Sí, ellos también tienen que adaptarse, pero a vivir sin nosotros. Es cierto que nosotros nos hemos llevado la peor parte.        ―¿Volveremos a verlos?        ―No lo sé hijo, no lo sé.        ―Te odio mamá, has fastidiado mi vida y la de toda la familia.       Elena vio marchar a su hijo, con lagrimas en los ojos. Sabía que